vacas. Leches artificiales

 

    

Articulo publicado en el diario Jaén el 31/10/2022


    El freno del cambio climático tiene en el punto de mira la ganadería. En el mundo hay, aproximadamente, 23.000 millones de pollos, 1.500 millones de vacas, 1.000 millones de ovejas, 850 millones de cerdos, 700 millones de cabras... en el centro de la diana se encuentran las vacas, hasta tal punto que países como Nueva Zelanda que, en el 2021, aprobó el plan de lucha contra el cambio climático, contempla reducir la emisión de gases de efecto invernadero disminuyendo la población bovina un 15 % antes del año 2050. Al paso que vamos esta preocupación no la van a tener los gobiernos. Tal como avanza la ciencia y la dirección que ha tomado, en un futuro no muy lejano, la casi totalidad de las granjas desaparecerán.

    La tarjeta de presentación de la vaca dice: libero 300 litros de metano al día, un litro de mi leche contamina igual que si se quemara medio litro de gasolina... los beneficios que aporto no les interesa a nadie.

            Autor: Antonio Rodríguez Rodríguez

Todos los animales, y nosotros somos un animal más, que consumen vegetales generan en su digestión metano, gas de gran efecto invernadero. La producción de estos vegetales, su recolección y transporte a la granja también genera gases de efecto invernadero, cosa que no sucede en las explotaciones en extensivo bien gestionadas.

    Hay una carrera por producir leche artificial o leche sintética sin necesidad de vacas. Mediante técnicas complejas, que resumidas de manera sencilla serían: el gen que codifica la proteína de la leche de vaca es introducido en un hongo (levaduras modificadas genéticamente) y obtienen en primer lugar caseína, proteínas de suero de leche y al final del proceso la leche sintética. Para llegar a la obtención del producto final las levaduras se mezclan con minerales, azucares, vitaminas, saborizantes, grasas... Las "maravillas" de este producto ya las están difundiendo las industrias involucradas y que dicen son: color, sabor, textura... prácticamente idénticos a la natural; las propiedades nutricionales se pueden modificar sumando o restando componentes, con lo que consiguen un producto a gusto del consumidor: añadiendo vitaminas, calcio, magnesio... obteniendo una "leche" más acorde a cada necesidad. No habrá "explotación animal"; reducirá el impacto ambiental (menos emisiones y huella hídrica), siendo una producción más sostenible; su fecha de caducidad será más larga que la de la leche natural; podrá ser consumida por veganos; será un producto mas sano, al controlar los ingredientes, por ejemplo la lactosa (no digestible para el 65% de los adultos) o sustituyendo las grasas saturadas por grasas no saturadas que son más saludables.
                     Autor: Antonio Rodríguez Rodríguez

Aún no ha nacido su hermano y ya hace por mamar. Su madre le empuja hacia la ubre. El ganado en extensivo vive en libertad, se alimenta de las hierbas del campo y pare según los ciclos naturales; no hay maltrato.
En cuanto a las levaduras modificadas genéticamente, dicen que no supone ningún peligro.
    Se cree que estas "leches" van a revolucionar la industria alimentaria. Su futuro esta muy cercano e ira en aumento cuando sea introducida en quesos, yogures... El objetivo es que en pocos años se consiga que sean mas baratas que las naturales; la palabra clave es barato.
    Si a todo esto le sumamos que las carnes sintéticas también son una apuesta de futuro cercano, mal porvenir se le presenta a la ganadería intensiva (de granja). Sin embargo la ganadería extensiva, creo que si vislumbra un buen horizonte. Siempre habrá gente que quiera alimentarse de forma natural, aunque esta alimentación no estará al alcance de todos. A lo que hay que añadir que la ganadería extensiva proporciona beneficios medioambientales.
    Los humanos somos los tiranos del planeta. Nuestro capricho, bienestar, ocio, diversión... está por encima de las leyes de la naturaleza. Nadie ha realizado un estudio sobre lo que contamina el futbol, deportes de todo tipo, vacaciones, desplazamientos por placer, conciertos, alumbrados navideños... seguramente cualquiera de estas actividades contamina más que las vacas, pero es mas fácil eliminar estas que renunciar a nuestros deseos, que nada aporta a la casa de todos, que es el globo terráqueo.

     Autor: Antonio Rodríguez Rodríguez / veterinario y ganadero.

     Blog: https://vidapastoril.blogspot.com/ 

     email: rodriguez0039@hotmail.com

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