POLITICOS

 

Este artículo no pega en este blog, pero es algo que me corroe y no tengo otro medio donde expresarlo. Desoyendo los consejos de varios amigos voy a publicarlo; lleva tiempo escrito y me quema en las manos.

Los que ya peinamos canas, nos agobia el mundo artificial al que hemos llegado, muy distinto del que nos vio crecer. La información desinformación es constante. Es difícil distinguir entre la verdad y la mentira. Los políticos hacen las leyes a la medida de sus intereses, no les importa pisotear los principios acordados por todos para protegerse entre ellos. Los años en que la palabra dada por una persona “iba a misa” pasaron a la historia. No me encuentro a gusto en este mundo de tanta hipocresía; motivo por el cual me refugio en el campo con mis animales, donde las leyes naturales fluyen, en innumerables ocasiones interrumpidas por la legislaciones absurdas de un mundo urbanita cada día más fuerte. El último ejemplo, más sonoro, es la ley de bienestar animal. No huyo de los problemas, solo busco un poco de tranquilidad.  En el mundo rural aún se pueden encontrar personas sanas, sobre todo en los “pueblerinos autóctonos”. No en los nuevos propietarios que adolecen de la filosofía campestre. 

Miras hacia atrás y cuestionas muchas cosas. ¿Vivimos en democracia? Según nuestro diccionario se define democracia como: Sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes ¿Y dictadura?: Régimen político en el que una sola persona gobierna con poder total, sin someterse a ningún tipo de limitaciones y con la facultad de promulgar y modificar leyes a su voluntad. Para mí, todo gobierno elegido por el pueblo dista de ser democrático y se aproxima más a una dictadura si promulga y modifica leyes que había prometido no tocar y en base a ello fue elegido por los votantes, pues su llegada al poder fue mediante engaño. Un golpe de estado de cuatro años. Los delitos nos los hacen ver de distinta manera según la importancia social del delincuente, los abogados que tenga y cómo los medios de comunicación traten el caso. Es propio de la condición humana. Miremos un poco la historia.

Ramón de Campoamor (1817-1901) decía: En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color  del cristal con que se mira.

En el siglo V d. C., Agustín de Hipona, conocido como San Agustín, defensor de los impuestos justos, decía: sin justicia los reinos serían en realidad una banda de ladrones y las bandas de ladrones son en el fondo pequeños reinos. En su cuento del pirata y emperador, Alejandro Magno interpela al bucanero: ¿Cómo te atreves a molestar en el mar? El pirata responde: por el mismo motivo que tú lo haces en tierra, pero como yo actúo con un pequeño barco, me llaman ladrón; a ti que lo haces con grandes ejércitos te llaman emperador.

Lysander Spooner (1808-1887), filósofo político, jurista, empresario, abolicionista, iusnaturalista… decía: Si los impuestos sin consentimiento no son robo, entonces cualquier banda de ladrones solo tiene que declararse a sí mismos un Gobierno, y todos sus robos serían legalizados.

Cuando me pongo a reflexionar si soy más libre que hace unos años me doy cuenta que día a día he ido perdiendo independencia, aunque no dejan de bombardearnos con que vivimos en mundo de libertades, pero esto es lo que hay: No puedes abandonar tu domicilio sin miedo a que lo ocupen, la probabilidad de sufrir violación, atracos… va en aumento, es fácil ser estafado, no puedes expresar tus sentimientos sin ser reprimido o agredido (fútbol, caza, toros…), no hay libertad de enseñanza para los hijos, no puedes defender a tu familia dentro de tu domicilio…

Este es el motivo de refugiarme en el campo, donde contacto con el mundo exterior mediante la radio y la lectura. No dispongo de televisión. Son muchas las cosas que no entiendo. Los ciudadanos de a pie no comprendemos esa maraña de leyes que al final termina favoreciendo a los delincuentes.

Pongamos, por ejemplo, que ingresas durante tres días en el hospital y cuando vuelves encuentras tu vivienda ocupada. Respuesta del gobierno: Aguántate unos añitos y no se te ocurra cortarles el agua ni la luz a tus ocupas porque estarías cometiendo un delito de coacción. ¡Ah,  y no te olvides de pagar la contribución y los demás impuestos municipales!

Mi pregunta es ¿Para qué sirven las leyes?: El artículos 202.1 del código penal dice: el particular que, sin habitar en ella, entrare en morada ajena o se mantuviere en la misma contra la voluntad de su morador, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años. El artículo 17 de la constitución: Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado de su libertad. Artículo 18 de la constitución: El domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá hacerse en él sin consentimiento del titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito. Se garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales, telegráficas y telefónicas, salvo resolución judicial.  Artículo 33 de la constitución: Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o interés social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto por las leyes. Los artículos 237 y 242 del Código Penal hacen referencia al robo: La persona que se apodera de un bien que no es suyo.

Todas estas leyes, si le preguntamos a una persona a la que le han ocupado su casa dirá que  no valen para nada. Y digo yo ¿Qué hace, aparte de cobrar, nuestro poder legislativo?, o sea, los políticos que ocupan nuestro parlamento. Hay un delito y miran para otro lado. Buscan problemas donde no los hay y eluden los que de verdad afectan a la población. Solo  se dan prisa en solucionar los contratiempos que a ellos les atañen: corrupción, malversación, sedición… Cuando ocupan una casa, si sumamos todo lo que recoge nuestra legislación, se produce: Robo de vivienda y contenido (dinero, joyas, material informático, electrodomésticos, ropas…), siendo apoyados los delincuentes, indirectamente,  por parte de nuestro estado, quien se inhibe, eso sí, ante una indemnización; violan el secreto de las comunicaciones, en las casas hay cartas y documentos de todo tipo, incluso muchos de ellos son el lugar de trabajo del propietario y a veces indirectamente, se está violando el secreto profesional y el que puedas realizar tu trabajo;  sufres un gran daño psicológico, no tienes libertad para hacer tu vida y te encuentras inseguro en tu propia casa; te encuentras en la calle sin ropa, con las manos atadas y teniendo que pagar los gastos de las vacaciones de tus ocupas; y no te muevas, porque si lo haces cometes coacción.

Volvamos al diccionario a ver que dice de coacción: Fuerza o violencia física o psíquica que se ejerce sobre una persona para obligarla a decir o hacer algo contra su voluntad. Donde yo sí veo una verdadera coacción es cuando te ves obligado a reestructurar toda tu vida y pagar unos gastos de los que se beneficia otro.

¿Qué es delito? Regresemos al diccionario: delito es cometer una acción contraria a la ley.     

Está claro que ocupar una casa es delito, y así lo reconocen, aunque tarde, nuestras leyes, cuando al final hacen desalojar a los ocupas. Creo que quien te coacciona ―nuestro entramado legislativo―  en poner tu propiedad privada en manos de unos delincuentes, debería indemnizarte. En definitiva, pienso: las leyes están hechas para proteger a los delincuentes. Espero que pensar no sea otra cosa que también limiten.

En mi adolescencia marchábamos de casa, la puerta quedaba abierta y no sucedía nada. A nadie recuerdo que le ocuparan la vivienda. Paseaba tranquilo a cualquier hora del día o de la noche sin miedo a un atraco, viajaba relajado en el metro, nunca encontré a nadie que se acercara con ánimo de estafarme, practicaba la caza o iba a los toros sin que me llamaran asesino, acudía al fútbol con la bandera de mi equipo y ningún energúmeno trataba de pegarme o quitarme la bandera, tenía libertad de enseñanza para mis hijos… La privacidad ha desparecido: la imposición de pagar con tarjeta en muchos establecimientos, el móvil,  internet, redes sociales… les permiten rastrear mi vida en un instante. Estamos súper controlados

Yo, que sí, escucho a la gente de la calle, aunque no voy en metro ni en autobús, porque vivo en un pueblo pequeño y no hay, de lo que se habla no es de los jueces ni de los repartos del pastel entre quienes nos gobiernan. Hablan de los problemas que nos preocupan que son los descritos y los que los políticos nos crean. En mi pueblo, en cierta ocasión, le escuché decir a una persona que un político es alguien que se viste a destiempo ya que ellos se ponen las botas mientras los demás se aprietan el cinturón.  

No sé si es apreciación mía, pero en mis años mozos me sentía más libre y más seguro que hoy. Por ese motivo prefiero la vida un poco aislada, en el campo, haciendo lo que puedo por “mejorarla”, en la medida de mis posibilidades, aunque sea denunciando. Hay pocos políticos en los que crea. Los habrá buenos, pero se doblegan ante su líder. Yo no podría ser político. Mis principios están por encima de cualquier “cabecilla”, pero como decía el matador de toros Rafael “el Gallo”: “hay gente pa tó”, incluso “pa na”. Cuando voto, lo hago pensando quién puede ser menos malo. Siempre recuerdo a un anciano que vivía en una residencia cerca de mi piso de estudiante. Algunas tardes le daba un rato de compañía. En una de esas tertulias, hablando de política le pregunto:

-         Abuelo ¿A quién vamos a votar ahora?

-         Te voy a decir una cosa, que tú solo vas a descubrir con los años. Por mí que se queden los que están. Esos ya están llenos y los que vengan vienen a llenarse.


Autor: Antonio Rodríguez Rodríguez / veterinario / ganadero / pastor

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   email: rodriguez0039@hotmail.com

Comentarios

  1. Tienes más razón que un santo. Así es lo que estamos sufriendo hoy. En nuestra juventud, éramos muy felices.

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