El mejor escribano echa un borrón. Cambio climático.
Hay
un dicho popular: el mejor escribano echa un borrón y el más tonto hace relojes.
Al
leer o escuchar a filósofos, intelectuales, científicos… dar su opinión sobre
una cuestión, a veces me da la sensación, que conocen mucho un tema y esto les
hace perder la visión de conjunto. Son los especialistas del corazón, que no
saben que debes tomar para un dolor de muelas. Me recuerdan a las antiguas
cabalgaduras sacando agua de la noria: Con unas anteojeras recorrían su camino
sin poder mirar a los lados.
Del
6 al 18 de noviembre de 2022 se desarrolló la cumbre del clima en
Egipto. Los intereses eran muchos y “cada uno arrimaba el ascua a su sardina”. Los
intelectuales, asociaciones animalistas, filósofos… dan sus remedios: decrecimiento,
veganismo, rewilding, disminución de la población mundial… Aclaremos algunos de
estos conceptos.
Decrecimiento.-
prescindir de las cosas superfluas y que perjudican al medio ambiente, en
resumen, vivir de manera más sencilla: olvidarnos de vacaciones al otro lado del
mundo para disfrutar de algo similar a lo que tenemos en la puerta de casa; no acumular
calzado y ropa para seguir la moda... La moda es lo más absurdo que existe y
pone de manifiesto que somos masa; un rebaño de ovejas. Los mismos que atacan
el capitalismo, los grupos de presión, las multinacionales… son los que los
mantienen comprando cosas innecesarias, siguiendo las tendencias, manteniendo a
los “influencers”… muchas soluciones las tienen los políticos, aunque la
mayoría están en nuestras manos, pero no hacemos nada https://vidapastoril.blogspot.com/2022/11/ver-la-realidad-no-es-pesimismo.html. Dejamos que piensen por
nosotros. En mis años de veterinario inspeccionaba el pescado en la plaza de
abastos, antes de que lo pusieran a la venta, y recorría los puestos de carnes.
Si ese día, en el programa televisivo de cocina de Carlos Arguiñano, realizaban
una receta de sardinas; se agotaban en un instante. Somos muy influenciables y
nos venden lo que quieren. La publicidad decide por nosotros; la prueba es que se gastan en el mundo 690.000 millones de dólares en ella; superior
al PIB del país número 21 más rico del planeta. Portugal tiene un PIB tres
veces inferior a esta cantidad. Si la publicidad no fuera lucrativa no se
realizaría. En definitiva, debemos hacer una reflexión personal de qué podemos
prescindir. Debemos olvidarnos de muchas ataduras sociales. A ver si te suena
esto. Hay un acontecimiento social:
-
No tengo qué ponerme, dice mi mujer con
el armario abierto, que está que se cae de ropa.
-
Pues yo lo veo lleno.
-
Sí, pero no voy a repetir vestido.
-
Tengo que ponerme traje.
-
Pues claro, no voy a ir arreglada y tú
en mangas de camisa.
Allí
vas achicharrado, en pleno mes de agosto, con el traje y la corbata, deseando que termine la ceremonia
para buscar el aire acondicionado.
La
felicidad está en las cosas sencillas: Prefiero comer unas chuletas encima del
pan con la navaja, en mangas de camisa y entre amigos, que un banquete con
traje en el mejor restaurante del mundo.
Veganismo.-
Más que una conducta alimentaria es una filosofía de vida en la que excluyen de
su nutrición una serie de productos. https://vidapastoril.blogspot.com/2022/08/acoso-al-mundo-rural.html Se basa en la creencia de que los animales
tienen derechos y por tanto no utilizan nada de ellos: carne, miel, leche y
derivados (yogur, queso…), huevos, cuero, lana, pieles, cosméticos… Ni tampoco sus servicios: trasporte, experimentación,
ayuda en el trabajo, probar medicamentos, entretenimiento… Nada que decir sobre
esta postura personal. Pero entran en muchas contradicciones. Con esta
filosofía exclusivamente no se mejora la vida en el planeta. Un modelo vegano
mundial es insostenible. El equilibrio natural se mantiene porque hay
herbívoros, carnívoros y omnívoros. Unos mueren para que otros vivan. El hombre
como animal omnívoro se alimenta de carne y vegetales. Su tubo digestivo está
adaptado para ello. Una alimentación vegana, de manera natural, es deficitaria en
elementos nutricionales que son suplidos mediante tecnología. Si consideramos
animal a todo ser viviente que se mueve, la alimentación vegetariana elimina
más seres vivos que la carnívora. Las prácticas agrícolas matan:
envenenamientos, plaguicidas, destrucción de nidos en las siegas y en las curas
de arbolado, contaminación de ríos y charcas, descastes de conejos, jabalíes,
roedores, insectos, que envenenados llevan a su vez la muerte a los
insectívoros… Consideran la dieta basada en animales como la causa de la pérdida
de biodiversidad, cuando hay estudios que concluyen: la ganadería extensiva aumenta la biodiversidad. Y qué me dice de
los cotos de caza. ¡Acaso tiene más biodiversidad un olivar que un coto de
caza!
Para
tener un planeta sostenible debemos aprovechar lo que tenemos y evitar producir
lo que no necesitamos.
¿Qué
hacemos con los pastos? Más del 50% de España es tierra de pastos; solo
aprovechable por herbívoros. Sembramos más de 6 millones de hectáreas de cereal,
1,4 millones de hectáreas de leguminosas, 700.000 hectáreas de girasol… ¿Qué destino
damos a las rastrojeras y subproductos? A todo esto, habría que añadir los
resultantes del cultivo de patatas, hortalizas, frutas… Comer carne, si es de
ganadería extensiva, es proteger el planeta. Estos pastos y subproductos, en caso
de no ser consumidos por los herbívoros, no pueden tener nada más que dos
destinos: el fuego y la putrefacción, ambos producen gases de efecto
invernadero. En cuanto a la huella hídrica, habrá quien se tome tres o cuatro
cafés al día. Un café tiene una huella hídrica de 140 litros de agua y un kilo
de cereales 1.644 litros. La ganadería extensiva tiene una huella hídrica muy
pequeña, pues gran parte del año bebe agua de lluvia (agua verde) y los
vegetales que consumen si no fueran aprovechados por ella serían destruidos,
con lo cual el agua que se necesita para el desarrollo de estos alimentos, no
debería imputársele a esta carne.
En
el campo tengo unas gallinas que se alimentan de las semillas que eliminan
caballos y ovejas en las heces o en la rumia y de garrapatas, moscas,
langostas, desperdicios de la casa… ¿Tiro los huevos y hago desaparecer las
gallinas?
Para
abonar la tierra se necesita estiércol ¿Lo desechamos y compramos fertilizantes
artificiales, cuya obtención requiere mucha energía?
Polinizar
bien los almendros, girasol… requiere trasladar un buen número de colmenas a
los campos. Si a las colmenas no se les extrae la miel corren el riesgo de que
se tapone la piquera y mueran asfixiadas. ¿Qué hacemos con la miel? ¿La
tiramos?
Para
alimentar una población mundial vegana habría que aumentar las tierras de
cultivo y esquilmar más aún los acuíferos. En España hay más de un millón de
pozos (sondeos), muchos ilegales. El agua de las presas tiene como destino
principal la agricultura intensiva, que está dañando deltas como el del Ebro, Mar Menor, la albufera valenciana…
Los
medicamentos, todos han sido ensayados en animales y muchos de ellos llevan
componente animal.
Como
vemos, el veganismo se aprovecha de los animales: vacunas, medicamentos,
polinización, estiércol… y mata animales: pesticidas, nidos, control de
poblaciones… Solo hace una cosa de su filosofía, no come ni su carne ni sus productos.
Mi
opinión es que debemos utilizar lo que tenemos. Fomentemos una ganadería extensiva,
que consume productos no utilizables por el ser humano, y una agricultura
sostenible no agresiva con el medio. Comamos insectos https://vidapastoril.blogspot.com/2022/08/nos-obligaran-cambiar-nuestra.html y lo que haga falta, pero
no desechemos nada que pueda ser beneficioso para el planeta.
No
estoy de acuerdo con la afirmación que hace la filósofa Marta
Tafalla el día 19 de octubre de 2022 en "elDiario.es": Creo que lo de la ganadería extensiva es una mentira. No es verdad que
sea buena, es una mentira tremenda. Lo único que le puedo
decir es que hay multitud de estudios que la contradicen, no realizados por
filósofos… en fin, para gustos están los colores.
El
rewilding, en castellano: reconstrucción; dejar que la
naturaleza recupere su estado salvaje, es decir, restaurar los ecosistemas
dañados. Para conseguirlo hay que eliminar en todo lo posible la presión
humana. Una cosa es llamar y otra levantarse a abrir la puerta. El objetivo se
alcanza si les damos la oportunidad a las personas que ocupan dichos espacios de
que puedan vivir dignamente. El problema es que no hay nadie capaz de marcar el
rumbo. En este barco hay muchos capitanes con intereses enfrentados y cada uno
marca una dirección. Como las cosas se ven mejor con un ejemplo, voy a poner el
que estamos viviendo día a día los ganaderos de extensivo. Desempeñamos nuestro
trabajo guardando ganado en espacios naturales: dehesas, bosques… Si queremos
“medio vivir” tenemos que cumplir las órdenes de los capitanes que son: Si quieres cobrar la subvención debes tener como mínimo “X” animales por hectárea y como máximo “Y”. Es más, para el año 2023 vamos a elevar la
carga ganadera. La carga ganadera mínima que nos marcan ya no la soportan
los campos, pero es obligado tenerla, porque en caso contrario no cobras. Peor
aún es cuando en el ánimo de sobrevivir el ganadero se va a la carga máxima,
allí ya no queda hoja donde alcance el ganado. Si no hay comida ni refugio, la
fauna salvaje desaparece; la regeneración y aparición de especies vegetales hay que decir que es nula, y la repoblación tirar el dinero. La cosa se
complica aún más cuando cada cuatro años te cambian y enmarañan las normas. El
desánimo cunde en el medio rural al ver que no hay futuro, así cuando alguien viene
a nuestro mundo a contarnos alguna "milonga", pensamos: otro cuento más ¿A quién le toca llenarse los bolsillos ahora? La
recuperación de la naturaleza, el tan traído y llevado rewilding, no será
posible mientras no se adopte una política seria que permita vivir dignamente a
las personas que pueblan los campos, facilitando que animales, hombres y vegetales
convivan en armonía. Sin barro no se
pueden hacer botijos.
La población mundial: el crecimiento es evidente. Hoy, el número de personas que sustenta la tierra anda en ocho mil millones (8.000.000.000). Las previsiones de la ONU para el 2050, son de nueve mil ochocientos millones (9.800.000.000) y para el 2100, once mil doscientos millones (11.200.000.000). Está claro que esta progresión no es posible. La población tiene que disminuir. Hoy consumimos 1,7 veces lo que el planeta es capaz de generar en un año. La situación es insostenible y no se puede prolongar en el tiempo. Este es el gran problema ¿La solución? Es difícil, pero hay que encontrarla. Lo que está claro es que debe ser global. ¡A ver quién le pone el cascabel al gato!
Autor: Antonio Rodríguez Rodríguez / veterinario y ganadero.
Blog: https://vidapastoril.blogspot.com/
Que razón tienes Antonio!!!!!!!!
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